¿quienes somos?

Nuestra Misión

Desde nuestra infancia tenemos un asombro latente con aquello que no nos es permitido. En nuestro caso específico, se trataba de “ESE” bar, que se repetía una y otra vez en las casas de los amigos de nuestros padres. “ESE” bar al que antes de poder investigar y sorprenderte con sus tantas misceláneas, tus tatas te decían: “Váyase a jugar con fulanito aquí solo adultos!” -pero antes de escabullirte- rezongando que “Ya estabas grande,” lograbas ver y olfatear cosas que hacían a tu cerebro pensar en la magia, la alquimia, en pócimas “shaken not stirred” con “amargos de angostura”… (¡que eventualmente lograste probar y tu lengua te dijo PUAJ!)

Luego algún adulto te decía ya algo sonado que tu paladar iba a madurar con el tiempo y que algún día conocerías de esas delicias… Pero TODO comenzaba con “ESE” lugar y sus sensaciones dominantes… Siempre vivían allí el cuero y la madera, los olores que hoy conocemos como cerveza, como humo de habano, como bohemia…
Vasos raros en los que no se sirve fresco de chan, pero si martinis, daiquiris y cognacs… los decanters de cristal con su liquido ámbar, sin marca, elegantísimos… Todas estas percepciones robadas antes de irse a ver la TV con tu amigo o primito mientras sueñas con ser grande…

Pues eventualmente crecimos y quisimos recrear esos espacios mágicos de alquimia y tertulia. Mariano se fue a Irlanda a estudiar la cultura de dónde provenía el modelo que tanto nos había impactado. Estando por allá, logra comprar piezas originales de un pub que estaban desmontando en el aeropuerto de Dublín. Era poco lo que faltaba…

La barra principal de madera que hoy lucimos en el Pub es un rescate de la barra original del Club Campestre Cuscatlán que fue quemada durante la ofensiva de 1989. El trabajo de ebanistería de este rescate duro un poco más de 6 meses. Armados ya con la barra como pieza central y las piezas originales traídas de Europa, hacemos el primer ensayo de Republik en La Gran Vía. Es aquí cuando nos hacemos la promesa de tener un escenario para música en vivo, ya que nuestra clientela nos lo pedía constantemente.

Terminamos nuestro contrato cuando ya estábamos construyendo Republik Zona Rosa a mediados del 2008. Hicimos un escenario digno para el talento nacional e internacional. Desde Tony Levin y sus Stickmen hasta Amapola Dry y nuestros Karaoke Live Band, hemos tenido talento a diestra y siniestra durante estos 20 años. Para nosotros, ha sido un privilegio atenderles y saber que convertimos en realidad “ESE” bar con el que tanto soñamos de pequeños.

Sláinte Mhath!!!